sábado, 20 de octubre de 2007

Introducción


El 10 de mayo de 1999 comencé a escribir mis memorias y me propuse terminarlas antes de 10 años para cumplir con este propósito ya estoy terminando de hacerlas. La diferencia es que ahora he pensado no en hacer una sola memoria, sino hacer mis memorias en tres tomos y éste será sólo el primero. Estoy pues preparando las primeras memorias que publicaré sin falta con motivo de la celebración de convertirme en octogenario, o sea, esto ocurrirá el 10 de mayo del 2009.

Yo no digo fantasías por decirlo, lo que parece fantástico puede parecer no tan fantástico, e incluso natural si se mira con uno u otro ángulo, o de una u otra distancia en años, o de una u otra perspectiva, Como dijo un escritor, “todo es según el color del cristal con que se mire”. A los 44 años preparé una parte de mis memorias, fueron las primeras, aunque podría pensarse que por mi edad no correspondía estarlas preparando. La verdad es que viví en un entorno donde a todos los que me rodeaban se les pronosticaba una corta vida y por esto algunos preparamos dejar por escrito lo mejor de nuestras vidas para poder salvarlo de la barbaridad que teníamos por delante. Casi todos mis compatriotas, si ellos mismos no habían sido dañados, tenían más de algún cercano familiar muerto o prisionero. En mis cálculos no había pasado por mi mente que iba a aparecer salvándome la vida un colega mío del Colegio La Salle, de Temuco. Él hacía clases de la asignatura de Filosofía y yo de Física en este Colegio. Él apareció en el lugar en el que yo estaba destinado a morir como el ángel de la guarda. Era nada menos que Bernardino Piñeira, el obispo de la provincia de Cautín, o sea de la Región de la Araucanía. Él tenía mucho poder y sin embargo no pudo conseguir mi libertad, pero a raíz de su presencia los bandidos no se atrevieron a cometer su barbaridad de quitarme la vida, tal como lo habían hecho con muchas otras personas.

Posteriormente cuando tenía menos de 60 años parecía que mi vida la terminarían las plaquetas de colesterol en las arterias del corazón. Apareció la popularización económica de las operaciones con bypass y pude salvarme con una operación a tres bypass, que ya me ha prolongado en más de otros 10 años la vida.

Estoy seguro pues que el segundo tomo lo comenzaré a escribir el 10 de mayo del 2009 y lo terminaré cuando me convierta en nonagenario, o sea, el 10 de mayo del 2019. Y por último, el tercer tomo, lo comenzaré ese día y lo terminaré también el 10 de mayo del 2029, cuando me convierta en uno más de los ya muchos miles de seres humanos centenarios. No me atrevo a comprometerme a vaticinar con seguridad la prolongación de mi vida a un futuro más largo, pero si los trasplantes de órganos clon están a mi alcance económico, entonces todo puede suceder. Como ya lo tengo escrito en una novela futurista y muy optimista, la vida no tendrá el odioso límite actual, sino que será un nuevo derecho humano el de determinar hasta cuándo se desea vivir.

1 comentario:

rosa buholzer dijo...

Primo Raul
Le deseo mucho exito en su tarea , espero con ansias poder leer sus memorias ya que usted ha sido y sigue siendo un modelo para todos nosotros
Rosa Buholzer y familia.